En la entrevista con Marcelo Scaglione, representante de la OCDE en Argentina, se abordaron temas clave sobre la salud y la educación en el país en relación con los estándares de los países miembros de la OCDE. El diálogo comenzó destacando la importancia del acceso de Argentina a la OCDE y los exámenes que el país debe superar en distintas áreas, entre ellas la salud y la educación. Scaglione explicó que, si bien Argentina invierte el 9.5% de su PIB en salud, una cifra superior al promedio de los países de la OCDE (8.8%), la inversión no se traduce en un sistema de salud eficiente debido a problemas estructurales.
El problema, según Scaglione, no es solo la cantidad de inversión, sino cómo se organiza y distribuye el sistema de salud. A pesar de invertir más que muchos países de la OCDE, Argentina enfrenta una crisis en su sistema de salud, con hospitales públicos careciendo de insumos, falta de vacunas y una persistente mortalidad infantil debido a la desnutrición en algunas regiones del país. Esta situación refleja un mal diseño del sistema y la falta de una administración efectiva de los fondos destinados a la salud.
El representante destacó la necesidad de cambiar el paradigma en el sistema de salud de Argentina. Aunque los problemas actuales se deben en parte a décadas de mala gestión, es crucial empezar a gestionar el sistema de forma diferente para evitar que los errores del pasado sigan afectando el futuro. El desafío no es solo mejorar el «stock» actual de problemas, sino comenzar a hacer las cosas de manera distinta desde ahora en adelante. Este cambio de enfoque, según Scaglione, debería incluir una mejor planificación de los recursos y una reestructuración del sistema, tal como ha propuesto el presidente electo Javier Milei.
Al discutir cómo debería Argentina organizar su inversión en salud, Scaglione señaló que los exámenes formales por parte de la OCDE aún no han comenzado, pero el país ya está en un proceso de autoevaluación. Esta autoevaluación busca identificar las brechas entre las mejores prácticas recomendadas por la OCDE y la situación actual de Argentina. Aunque aún no se puede estimar con precisión cuánto tiempo llevará corregir estos problemas, Scaglione explicó que la OCDE ofrecerá una hoja de ruta y un conjunto de recomendaciones específicas para que Argentina pueda alinear su sistema de salud con los estándares internacionales.
Uno de los puntos más importantes que mencionó Scaglione es el concepto de la «economía plateada», que se refiere a los desafíos y oportunidades que surgen al aumentar la esperanza de vida. En la OCDE, ya se están evaluando cómo financiar un sistema de salud que atienda a una población con una esperanza de vida de 100 años, lo que implicará transformaciones significativas en el sistema de salud actual. Este tema también será abordado en el próximo foro internacional sobre la economía plateada que se llevará a cabo en Argentina.
Scaglione también subrayó la necesidad de financiar las transformaciones a largo plazo en áreas como la salud y la educación mediante préstamos internacionales. Explicó que no es viable realizar estas reformas con el presupuesto anual del país, ya que son inversiones que deben amortizarse en el tiempo. Aquí es donde entran en juego organismos internacionales como el Banco Mundial, el BID y la CAF, que pueden ofrecer préstamos blandos destinados a proyectos específicos bajo la supervisión de la OCDE. Estos préstamos permitirían a Argentina realizar las reformas necesarias en salud y educación sin poner en riesgo el presupuesto general del país.
Al final de la entrevista, Scaglione mencionó que, aunque la discusión se centró principalmente en la salud, queda mucho por debatir en términos de educación y medio ambiente, dos áreas igualmente críticas para el desarrollo del país. Argentina debe enfocarse en mejorar su capital humano, no solo en términos de salud, sino también en educación, ciencia, tecnología y emprendedurismo, áreas clave para lograr una economía sostenible y desarrollada.
En resumen, la entrevista con Scaglione resaltó la importancia de reorganizar el sistema de salud en Argentina para que la inversión sea más efectiva y se logren mejores resultados a largo plazo. Además, enfatizó la necesidad de financiamiento internacional y de alinearse con las mejores prácticas recomendadas por la OCDE para asegurar un futuro más prometedor en términos de salud, educación y medio ambiente.