Los riesgos relacionados con el agua afectan tanto a economías desarrolladas como en desarrollo, y su impacto es significativo. Se estima que 2.2 mil millones de personas no tienen acceso a agua potable gestionada de manera segura, mientras que 1.7 mil millones enfrentan la contaminación de su suministro de agua. A medida que el cambio climático agrava la escasez de agua y aumenta las inundaciones, los sectores agrícola y financiero están expuestos a riesgos que pueden desestabilizar economías. Más del 80% de los cultivos globales dependen de la lluvia, y el agotamiento de los recursos hídricos subterráneos amenaza el suministro alimentario y la productividad agrícola. Además, la contaminación del agua por productos químicos industriales y agrícolas es un desafío creciente.
El sector financiero tiene un papel crucial en la gestión de estos riesgos, ya que las actividades económicas dependen del agua. Riesgos como la sequía, las inundaciones y la contaminación pueden generar pérdidas económicas no aseguradas, impactando el precio de los alimentos, el valor de los activos y los sectores vulnerables como el agrícola. En 2022, las empresas reportaron USD 13.5 mil millones en activos varados debido al estrés hídrico.
Es vital que los actores financieros comprendan las dependencias y los impactos que sus inversiones tienen sobre los recursos hídricos. La colaboración entre instituciones financieras y medioambientales, como el Network for Greening the Financial System (NGFS), es esencial para desarrollar herramientas y marcos que ayuden a gestionar los riesgos relacionados con el agua y asegurar la estabilidad financiera.
Esto fue un resumen del informe publicado en por la OCDE